En contraste con la dinámica de precios actual, en septiembre el oro perdió algunas de las ganancias que había acumulado a finales de agosto. Este retroceso puede atribuirse a la evolución del panorama macroeconómico, que ha mantenido las tasas de los bonos en una trayectoria ascendente e impulsó al dólar estadounidense en general a máximos de varios meses en un lapso de tiempo relativamente corto.