Tras el mal dato de empleo estadounidense del pasado viernes que pone en duda la posible subida de tipos, el S&P 500 se mantenía al margen y cerraba plano la semana en la cota de los 2.179 puntos.
Aparecen ya ciertos signos de agotamiento ocasionados por la incertidumbre, que acompañadas a las divergencias entre precio e indicador auguran un retroceso inminente en las próximas semanas.